Ley 100

LA VERDAD SOBRE LA LEY 100

Antes de 1993 el sistema de seguridad social en nuestro país excluía a la mayoría de los colombianos. Por ejemplo, en materia de salud la cobertura era de solo el 24%. Más aún, el 90% de quienes en ese entonces gozaban de cobertura en salud, en realidad correspondía a población con suficientes ingresos para acceder a lo que entonces era un privilegio.

Por otro lado, en ese entonces sólo el 20% de los colombianos estaba protegido en materia pensional por el Instituto de Seguros Sociales, Cajanal y demás Cajas de Previsión y los afiliados a dichas entidades no representaban más del 50% de los asalariados.

Es por lo anterior que el entonces Senador Álvaro Uribe Vélez se convirtió en ponente y asumió la defensa del proyecto de ley que posteriormente se convertiría en la Ley 100 de 1993, norma mediante la cual el sistema de seguridad social colombiano fue radicalmente transformado, logrando una mayor y mejor cobertura, especialmente para los sectores más vulnerables de la sociedad. Sin duda, gracias a la Ley 100 la cobertura en salud hoy supera el 90%, porcentaje del cual más de la mitad corresponde a la población más vulnerable.

Adicionalmente, la Ley 100 finalmente desarrolló en el sector salud los principios constitucionales de eficiencia, universalidad y solidaridad, beneficiando a las personas de escasos recursos para asegurarles una prestación de servicios digna y completa.

Como si esto fuera poco, a partir de la Ley 100 los usuarios del sistema de salud adquirieron herramientas que nunca habían tenido: posibilidad de elegir o incluso trasladarse de asegurador, capacidad de asociarse para exigir sus derechos, así como de ser veedores en la vigilancia de la prestación de los servicios.

En materia pensional la Ley 100 garantizó la sostenibilidad del sistema ante el inminente agotamiento de las reservas producto de décadas durante las cuales fue alimentado con insuficientes cotizaciones pero drenado con beneficios exagerados.

Como es obvio, ante semejante desequilibrio en ese momento, el sistema pensional no podía transformarse y ganar sostenibilidad a través de simples modificaciones en el régimen de reparto simple. Por ende, la implementación de un régimen de capitalización o ahorro individual como el probado en Chile era en ese entonces urgente, permitiendo que las pensiones fueran construidas proporcionalmente al ahorro de los afiliados.

Así pues, con la Ley 100 se creó el Sistema de Ahorro Pensional, sistema moderno y justo, basado en el ahorro individual y la capitalización de las contribuciones hechas por trabajadores y empleadores. El sistema se complementó con seguros para amparar riesgos de invalidez y cubrir también a sobrevivientes de afiliados y pensionados fallecidos.

Así mismo, mediante la creación del Fondo de Solidaridad Pensional y de un auxilio monetario para personas de bajos ingresos con edad superior o igual a 70 años se lograron coberturas en materia de protección al adulto mayor que hubieran sido impensables sin la aprobación de la Ley 100 de 1993.

No cabe duda de que la Ley 100, norma que nació gracias al impulso y la defensa que de ella hiciera Álvaro Uribe, permitió que nuestro país diera un paso enorme en materia de seguridad y protección social para beneficio de toda la población colombiana, pero particularmente de los más vulnerables.

Quienes mienten diciendo lo contrario sólo demuestran el odio enceguecido en contra de quien nunca se ha cansado de batallar por los más necesitados.