Ingresos casa de Nariño

LA VERDAD SOBRE LA PRESENCIA DE ALIAS JOB EN LA CASA DE NARIÑO

La presencia en la Casa de Nariño de Diego Álvarez, abogado de Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’, y del desmovilizado Antonio López, alias ‘Job’, obedeció a su deseo de entregar información sobre una posible manipulación de testigos por parte del magistrado auxiliar de la Corte Suprema de Justicia, Iván Velásquez, en contra del Presidente de la República. 

Pues bien, el Secretario Jurídico de la Presidencia Edmundo del Castillo, recibió en tres ocasiones al Sr. Álvarez en las oficinas de la Casa de Nariño, con el único y exclusivo propósito de darle trámite a la denuncia.

En concreto, en la primera reunión, llevada a cabo el día 28 de febrero de 2008, el señor Álvarez informó de la existencia del complot auspiciado por el magistrado Velásquez. Al término de esta reunión, anunció la entrega de algunos elementos de prueba en una próxima cita.

En la segunda reunión, el 31 de marzo, el abogado Álvarez ratificó la existencia del pretendido complot, manifestando que continuaba en el proceso de recaudo de las pruebas y que las llevaría en una siguiente reunión. 

El 23 de abril de 2008 se realizó una tercera y última visita a la Secretaría Jurídica de la Presidencia de la República por parte del abogado Diego Álvarez, quien en esta ocasión se presentó en compañía de Antonio López, alias ‘Job’. A esta reunión asistió el Secretario Jurídico de Presidencia quien invitó, luego de haberse iniciado este encuentro y sólo por unos minutos, al Secretario de Prensa de la Presidencia, César Mauricio Velásquez.

César Mauricio Velásquez había conocido al señor Antonio López cuándo éste fungía como vocero de los desmovilizados en julio del año 2006 – y al que no había vuelto a ver desde ese momento–, en la Casa de Paz de las AUC ‘Villa de la Esperanza’, en Copacabana, Antioquia. Es decir, la presencia de César Mauricio Velásquez se trató de un saludo de cortesía.

Ahora bien, en esa tercera reunión del 23 de abril también participaron el exgobernador del Cauca Juan José Cháux, quien llegó acompañado del abogado Óscar Iván Palacio, así como una delegada del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), entidad que, para ese momento, adelantaba labores de investigación y cumplía funciones de policía judicial. La representante del DAS se hizo presente en la reunión luego de que el Secretario Jurídico de la Presidencia invitara a esa entidad a participar, como era apenas obvio ante la gravedad de la denuncia. 

Al término de la reunión el abogado Diego Álvarez efectivamente entregó al Secretario Jurídico las pruebas anunciadas sobre la manipulación de testigos en contra del Presidente de la República. Esta información, luego de ser evaluada por la Secretaría de Seguridad de la Presidencia, le fue remitida al Secretario Jurídico al DAS para su verificación y análisis de pertinencia. Esta entidad consideró que era necesario informarle a la Fiscalía General de la Nación para lo de su competencia. 

Más importante aún, ni Diego Álvarez, ni el desmovilizado alias ‘Job’ tenían proceso alguno en su contra y mucho menos órdenes de captura. Como es natural, ingresaron a la Casa de Nariño cumpliendo todos los protocolos de seguridad, como se aprecia en documentos fílmicos y libros de registro de entrada.

Ciertamente, de este episodio los enemigos del Presidente Uribe han querido tejer una fábula grotesca para menoscabarlo moral y políticamente, tal como acostumbran a hacerlo una y otra vez contra el hombre que finalmente se atrevió a combatir toda forma de terrorismo y delincuencia en Colombia. Y, como siempre, los hechos lo dicen todo, pues la reunión alrededor de la cual se ha confeccionado la calumnia tenía plena justificación, debía llevarse a cabo, nunca se ha ocultado y se realizó con la mayor transparencia.