Jefe Político

Jefe Político

Para 2010 Álvaro Uribe se había convertido en uno de los políticos y líderes más influyentes a nivel mundial.

Innumerables universidades, centros de pensamiento, empresas y líderes globales lo invitaban a dar cátedra de liderazgo, ejecución y administración pública.

Uribe posicionó a Colombia como un país que logró hacer el tránsito de Estado Fallido a una Nación segura, próspera, respetada y admirada.

Ahora bien, su sucesor y un sector corrompido y politizado de la justicia decidieron desatar una feroz persecución en contra de él, su familia y su equipo de colaboradores.

Simultáneamente también iban sometiendo a Colombia a un ilegítimo acuerdo de impunidad y blanqueamiento de capitales con el entonces grupo terrorista de las FARC.

Así las cosas, Álvaro Uribe se vio obligado a recorrer nuevamente el país en defensa de los tres pilares sobre los cuales había transformado a Colombia (Seguridad Democrática, Confianza Inversionista y Cohesión Social), fundamentos esenciales para la democracia del país y cuya solidez él no podía permitir que fuera erosionada y menoscabada por el entonces presidente y sus oscuros aliados en la justicia.

Ciudadanos en cada rincón del país, convencidos de sus tesis, lo acompañaron en el camino de hacer realidad la inscripción del movimiento político Centro Democrático, mientras miles de voluntarios se volcaron a las calles, barrios y veredas a buscar las firmas necesarias para convertir el movimiento en un nuevo partido político.

Así las cosas, Uribe encabezó una lista cerrada al Congreso de la República por el nuevo partido, seguido por una lista de candidatos de altísima calidad humana y profesional, en representación de todas las regiones del país y diversos sectores de la vida nacional (academia, empresa privada, medios de comunicación, política, militares retirados, entre otros).

Multitudes de colombianos salieron a votar por la lista del Centro Democrático, convirtiendo a Uribe en el Senador más votado en la historia de Colombia.

Con 20 senadores, 7 de ellas mujeres, y con una votación sin precedentes para un partido político nuevo, Uribe demostró, una vez más, que las viejas prácticas clientelistas nunca logran detener la política que se fundamenta en la defensa de las ideas, en los principios, en el trabajo con las comunidades y en liderazgos renovados.

Como jefe político del nuevo partido, Álvaro Uribe acompañó e impulsó la candidatura del ex Ministro de Hacienda y Crédito Público Oscar Iván Zuluaga, quien derrotó al candidato – presidente Juan Manuel Santos en la primera vuelta de la elección.

Desde luego, Santos y sus nefastos alfiles en la justicia se vieron obligados a intensificar la persecución contra Uribe y sus más cercanos colaboradores, incluyendo al propio candidato Oscar Iván Zuluaga.

Pues bien, tras un escrutinio espurio, un influjo descomunal de dinero ilegal a la campaña del candidato – presidente y una feroz embestida judicial en contra del Centro Democrático, Juan Manuel Santos finalmente pudo arrebatar la elección a Oscar Iván Zuluaga.

Aún así, Álvaro Uribe como líder político del Centro Democrático se consolidaría como jefe de la oposición, dándole a Colombia el equilibrio que tanto se necesitaba en momentos en que un gobierno ilegítimo no ahorraba esfuerzos en materia de corrupción y compra de consciencias para poder garantizar la impunidad y el blanqueo de capitales al grupo narcoterrorista de las FARC.

Sin ese liderazgo de Uribe como jefe político del Centro Democrático la historia de Colombia hubiera sido muy diferente, aunque muy similar a la de ciertas dictaduras socialistas/comunistas que han azotado el continente.