Las Convivir

LA VERDAD SOBRE EL ORIGEN DE LAS CONVIVIR

Ni Álvaro Uribe ha tenido vínculo alguno con el paramilitarismo, ni fue el creador de las cooperativas convivir, ni éstas dieron origen al paramilitarismo. En efecto, las Convivir fueron creadas durante el gobierno del Presidente César Gaviria mediante el Decreto 356 de 1994, es decir, muchos años después del nacimiento del paramilitarismo en Colombia. Se concibieron como respuesta al descomunal aumento de los grupos armados ilegales que en ese entonces amenazaban la seguridad de todo el territorio nacional.  

En particular, el Presidente Gaviria y su Ministro de Defensa, Sr. Rafael Pardo Rueda, buscaban que las Convivir operaran como un canal de cooperación entre la ciudadanía y la Fuerza Pública, con el propósito de brindar una mayor protección al campo colombiano ante la amenaza permanente de los grupos delincuenciales que pululaban a lo largo y ancho del país.

Ahora bien, las Convivir fueron reglamentadas e implementadas durante el gobierno del Presidente Ernesto Samper. Gracias a estas actuaciones de los Presidentes Gaviria y Samper, en Colombia se crearon casi 700 Convivir o Cooperativas de Vigilancia y Seguridad Privada. De ese número, alrededor de 67 operaron en Antioquia.

Álvaro Uribe Vélez, en calidad de Gobernador de Antioquia, simplemente aplicó lo dispuesto en la norma, otorgando a las cooperativas la personería jurídica, pero no la licencia de operación y vigilancia. Esta última función correspondía única y exclusivamente a la Superintendencia de Vigilancia, entidad que no depende de la Gobernación de Antioquia sino del Gobierno Nacional.  Más aún, el entonces Gobernador Uribe no toleraba irregularidad alguna en el proceder de las cooperativas. Tanto así, que debido a comprobadas irregularidades revocó la personería jurídica en tres casos y a suspenderla en otro.

En suma, ni las cooperativas convivir dieron origen al paramilitarismo, fenómeno por lo demás ajeno al ex Presidente Álvaro Uribe, ni fue Uribe quien creó dichas cooperativas. Semejante fábula sólo ha sido una de las tantas fechorías con las cuales sus enemigos han pretendido infructuosamente enlodarlo.